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Eldarya Diaries I - Ni Kansas ni conejos

17/3/18

Down the dark hole

Antes de ponerme a redactar esta entrada, me gustaría decir que voy a decir cosas muy personales. Quizá me la esté jugando al poner algo como esto en un sitio donde, teóricamente, cualquiera pueda leerlo, pero creo que ya es hora de sacarmelo de dentro. Y de todas formas a mi no me lee ni Perry.

Os aviso de que lo que va después del salto no es bonito y no me gusta. Pero es una parte de mi, que tengo que aceptar y llevar conmigo porque no se va a ir.

Las personas que me conocen más o menos bien saben que tengo periodo mejores y peores. Vamos, que de cuando en cuando me dan unos bajones muy fuertes. Lo que quizá no sepan es que esos altibajos son mucho más frecuentes de lo que dejo ver, solo que normalmente sólo expreso los peores.
¿Por qué? Por muchas cosas. Principalmente, porque tener a gente encima de mi me agobia. Mucho. Aunque por otro lado me gusta tener gente pendiente de mi. Es incongruente, lo sé, es otra de las cosas que no me gustan de mi.

En realidad eso lo hago a menudo. Me dan extremos, o quiero mucho de algo o no quiero nada. Intento mantenerme en un punto medio y no excederme demasiado en uno u otro sentido, pero a veces me pasa.

Supongo que es lo que tiene tener tendencia a la depresión. Estuve y estoy en tratamiento. Lo pongo por separado porque es la tercera vez que entro a terapia, esta vez con un método distinto que de momento me está ayudando bastante. 

Sin embargo, hay momentos en los que no puedo evitar sentir que me vuelvo a recorrer ese agujero oscuro. Como Alicia cuando se cae en la madriguera que lleva al País de las Maravillas.

A esto hay que añadir que yo soy una depresiva que tiene tendencia más a enfadarse que a estar triste. Sí, también me pongo triste y lloro y esas cosas. Pero, aunque no lo parezca, es más frecuente que me enfade con el mundo y conmigo. Y cuando me enfado tengo tendencias destructivas. Tengo tendencia a hacer daño y a hacerme daño.

No, no me hago cortes ni nada parecido. Ya no. Hay otras formas de daño. Mi tendencia es a destrozar mi vida. Y he estado al borde de hacerlo más veces de las que quiero reconocer. Y las que me quedan. 

No es fácil convivir con una depresión. Ni con un depresivo, todo sea dicho. Mis padres tienen muchas cosas malas, entre ellas haberme facilitado acabar en esta situación con cosas que, si hubiesen hecho de otra forma, seguramente me hubiesen moldeado de otra forma. Pero también es verdad que hacen lo que pueden por ayudarme. Sobretodo mi madre. 

Si estáis deprimidos seguramente podáis culpar a algunas personas. Eso es así. Formamos parte de un entorno social, y los demás miembros nos influyen, nos guste o no. Nuestra familia, nuestros amigos, nuestro entorno nos moldea. Pero no podemos limitarnos a echar la culpa a los demás. Sí, quizá los demás han influido en nuestro estado, pero los que tenemos que lidiar con ello somos nosotros. Sí, suena injusto. La vida lo es. Deal with it, kitten. 

En mi caso me encanta echar la culpa a los demás. Y la tienen... hasta cierto punto. Pero los demás tienen sus propias vidas, sus propios problemas y sus propias circunstancias. A menudo, esos "demás" ni siquiera son conscientes de que me hacen daño. ¿Eso es problema mio o de ellos? La cuestión podría dar para un intenso debate. Pero no tengo ganas de debates. Y de todas formas, no sirven de nada. Puedo poner la responsabilidad en quien me dé la gana, pero la realidad es que la que tiene que lidiar con las consecuencias de ese daño soy yo. Y me jode, eh. No es que esté en modo positivo yo-puedo-con-todo. Ni mucho menos. A menudo tengo la sensación de que no puedo.

Y sin embargo sigo aquí. Malamente, jodiéndola con frecuencia, llorando por las noches, odiando a mis padres y a mis amigas por cosas que hacen y por cosas que no hacen y deseando mandarlo todo a la mierda. Pero sigo. 

Supongo que a estas alturas me he acostumbrado a adentrarme por la madriguera oscura. Es como un segundo hogar para mi. Quizá es ahí donde saco esas fuerzas que no suelo ser consciente que tengo. Quizá todos necesitemos adentrarnos en la oscuridad de cuando en cuando. 

No sé si hay alguien con depresión leyéndome, pero si lo hay, quiero decirte algo: no estás solo. No tienes la culpa. Pero es tu problema y sólo tú puedes cargar con ello. Y créeme, puedes. Aunque te parezca que no. Puedes. Eres más fuerte de lo que piensas. Tienes más recursos de los que crees. Hay más personas dispuestas a echarte un cable de las que eres consciente. Y cuando estés desesperado porque no encuentras a nadie y no ves la salida, recuerda que yo estoy aquí. Yo paso por lo mismo. Yo te comprendo. Yo sigo adelante. No soy más lista que tú. No soy más fuerte que tú. No soy mejor. Me caigo y me cuesta levantarme. Como a ti. 

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