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Generación 1 Capítulo 2 - Visita turística
Su primer destino es Windeburg, un barrio encantador con aire antiguo que la enamora en cuanto pone allí los pies. Bueno, en realidad lo que la enamora es la Mansión [...], que viene a ser la realización física de todos sus sueños.
¿Cuántas fiestas hay que animar para conseguir una casita así?
¡¿Que esto cuesta CUANTO?!
La Mansión permite visitas. Por supuesto, Alicia se metió dentro (después de cagarse en los muertos saludar amablemente a la chica de la taquilla que sólo cobraba 500 simoleones por visita) y estuvo un buen rato babeando por el interior e intentando no echarse a llorar al pensar en su cuchitril.
Bonito piano. En cuanto el guía se despiste, me lo meto en el bolso.
Como buena melómana, la sala del piano fue su favorita. Lástima que la cinta impidiera que se acercara. Alicia ya iba a retirarse a lloriquear cuando la dueña de la casa se acercó a saludarla y preguntarle por qué esa cara de acelga deprimida. Al saber la causa, le indicó que ese piano era una reliquia familiar que no podia ser tocada por manos inferiores ajenas, pero que en el jardín trasero encontraría otro de uso público.
Una mujer muy maja. Y muy transparente.
Evidentemente, Alicia aprovechó la oportunidad para aporrear tocar un poco y así subir su habilidad de piano...por la cara.
Se le da igual de bien que el violín
En serio. Deberiais oirla.
Cuando el resto de visitantes le suplicaron que se amputara los dedos se cansó de deleitar a las gentes de alrededor con su música, nuestra pelirroja se dirigió a la gran atracción de la Mansión: el laberinto.
Izquierda, derecha, derecha, izquierda, derec... miér... coles. Me da que por aquí no era...
Socorro
Para cuando consiguió huir salir del laberinto, se había hecho demasiado tarde para ver nada más, de modo que hora de volver al maldito cuchitril casa y descansar, que mañana algunas tienen que animar tres fiestas infantiles.
2 mininos pasaron por aquí:
Yo venía a sugerirle a Alicia que se casara con la dueña de la mansión y después le la cargara... pero me parece que alguien se le ha adelantado a la pobre. Ese color violeta transparente de la dueña es de todo menos sano. O vivo.
Por lo demás, ánimos a Alicia, puesto que si hay algún sitio en el que lo de que la práctica hace la perfección se cumpla a rajatabla es en Los Sims.
Coincido con Nat. No logro captar hasta dónde llega la malignidad de los sims... seguro que la mataron por ser una borde que no dejaba que nadie se acercara a sus instrumentos musicales. Bien merecido se lo tiene.
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